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domingo, 22 de abril de 2012

De maestro a maestro

Como maestra, pienso que es de muy poca integridad por parte de los maestros y resto de comunidad educativa que se implique a los menores de edad en una postura tan agresiva y llena de tanto odio como se está volviendo esa que llaman "enllaçats pel català". La escuela debería mostrar las diferentes posturas a los alumnos para que ellos se posicionaran pero... ¿A cuántos de esos alumnos les pedirás en qué año llegó Jaime I a ses Illes y no lo sabrán? ¿A cuántos les pedirás si conocen más diccionarios que los català-castellà VOX que tienen en la estantería de la clase? ¿A cuántos les pedirás que te enumeren algunos de los condados que conformaron la llamada Marca Hispánica y se quedarán fríos? ¿Cuántos de ellos saben lo que implica y significa realmente esa bandera independentista catalana? No estamos jugando señores, quizá ustedes sí, pero con las mentes de esas personas que tienen a su cargo, que les han dejado a su cargo, confiando en que les conducirán correctamente (conducir, no arrastrar). No jugamos a soldaditos ni a llevar banderitas de colores porque mola y así parecemos progres e indignados... estos niños (que no son otra cosa por muchos 15 o 16 que pretendan sumar) no saben historia. No saben historia por el simple hecho que ni en primária la estudiaron, ni en secundaria prestan la suficiente atención para entenderla o cuestionársela. Es después, al acabar los estudios, incluso después de acabar la carrera, que uno empieza a darse cuenta de lo que le hubiera gustado aprender en sus tiempos de "la edad del pavo". Es después cuando uno investiga y aprende realmente por su cuenta (si ha tenido una buena guía).

Pero a estos alumnos y alumnas no se les está dando la oportunidad de elegir, no están teniendo una guía, sino una postura radical, les están contando una verdad, dándoles unas pruebas (si es que se las dan) condicionadas por el mismo hecho de que los maestros así las han aceptado. Y yo digo ¡NO!

Cuentales a los niños que hay otros datos, archivos historicos, mapas, diccionarios, gramáticas, ortografías... no sólo del catalán sino de nuestra lengua balear... y que ellos decidan si el artículo salado de toda la vida, el que hablaba la pradina con tanta dulzura, las palabras olvidadas en estos colegios, son más hermosas y más valiosas que no las que nos intentan imponer de un estándar que proviene de Barcelona. Cuando les hayas explicado ambas partes, mostrado todos los datos de ambas posturas y lo más importante: que lo hayan entendido, escuchado y asimilado... entonces podrán elegir. Entonces, sin que vosotros, maestrillos de mentira, democráticos falsos, libertadores hipócritas, les digais nada, que ellos cuelguen banderitas catalanas en una tierra que se llama Baleares, que ellos se prendan del pecho lacitos cuatribarrados en la patria tribarrada del Castillo de Bellver, que ellos dibujen sus pancartas defendiendo una lengua que ni lleva nuestro nombre ni es capaz de imitarlo... en vez de escribir con el salado y reivindicar la palabra que nos identifica a todos más allá de la lengua, sino por territorio, historia y cultura.... BALEAR, simplemente por el hecho de querer tener un nombre propio para nuestra lengua, la cual tiene todo lo necesario para serlo: una historia portentosa, grabada en piedra por nuestras banderas y escudos, gramáticas, diccionarios, muy anteriores a los catalanes... y el gran privilegio y honor de haber sido un REINO.





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